La coercitividad magnética se refiere a la intensidad del campo magnético, la cual es necesario aplicar con el fin de poder desmagnetizar algún tipo de producto magnético, por ejemplo, un imán de ferrita (cargado previamente a su densidad de flujo de saturación).
Cabe señalar que la desmagnetización hace referencia a que la densidad de flujo local o el flujo total es 0 (cero), lo cual ocurre en aquellos casos donde un imán permanente se encuentra dentro de un campo magnético polarizado inverso de fuerza coercitiva Hc.
Cuando un imán se expone a un campo opuesto, suele depender directamente de su fuerza coercitiva para lograr conservar su magnetización según su nivel de calidad, así, mientras mayor sea la fuerza coercitiva que posee un imán, mayor será su capacidad para retener su magnetización.
¿En qué consiste la coercitividad magnética?
Dentro de la ciencia de materiales se conoce que la coercitividad, igualmente conocida como fuerza coercitiva o campo coercitivo de un material ferromagnético, se trata de la intensidad del campo magnético que hay que aplicar sobre dicho material con el fin de disminuir hasta cero su imanación, después de que el modelo fuese magnetizado hasta la saturación.
De manera que se podría decir entonces que la coercitividad es aquella que se encarga de medir la resistencia con la que cuenta un material ferromagnético al momento de ser desimantado.
Por lo general, la coercitividad es medida en amperes/metro o en oersted, y se indica como HC. Además, cabe mencionar que es posible medirla de forma eficaz usando un magnetómetro o analizador B-H.
Cabe mencionar, asimismo, que aquellos materiales ferromagnéticos que poseen una elevada coercitividad se conocen como materiales duros desde el punto de vista magnético, y suelen ser usados con el propósito de producir imanes permanentes.
Ahora bien, los imanes permanentes destacan por contar con diversas aplicaciones dentro de la construcción de motores eléctricos y medios de grabación magnéticos, incluyendo discos duros, cintas magnéticas y floppy disks, al igual que se utilizan para la separación magnética de minerales.
Por su parte, aquellos materiales que cuentan con una coercitividad reducida, normalmente se denominan como materiales blandos desde el punto de vista magnético.
Por lo general, suelen tener aplicaciones dentro de la elaboración de núcleos tanto para transformadores como para bobinas inductoras, al igual que en dispositivos de microondas, cabezas lectoras magnéticas, e incluso en blindaje magnético.
¿Cómo se mide la intensidad de campo coercitivo?
Todos los campos magnéticos suelen medirse a través de la unidad de medición A/m, es decir, amperio por metro, sin embargo, en algunos casos es posible conseguir también el uso de la unidad Oe, es decir, Oersted, y para tener una base de conversión, conviene tener en cuenta que 1Oe sería equivalente a un aproximado de 80A/m.
En la actualidad, es posible medir el nivel de coercitividad magnética utilizando un coercímetro, el cual consiste en un dispositivo que se encarga de medir la polarización por inducción dentro de una bobina móvil de acuerdo a la intensidad que posee el campo magnético externo.
Con la finalidad de lograr realizar correctamente la medición de una fuerza coercitiva eléctrica, será necesario que los electrodos sólidos sean depositados al vapor en la disposición de un condensador de placa en el material que se quiere medir.
De este modo que partiendo tanto de la corriente de recarga como del voltaje medido, se tiene la oportunidad de determinar la carga de la placa, al igual que la medida de la intensidad del campo eléctrico e incluso, el desplazamiento eléctrico.
Es importante señalar, de igual manera, que los diversos materiales que existen se distinguen por contar con intensidades de campo magnético coercitivo diferentes, que se miden a partir de la unidad A/m; de esta forma, mientras que técnicamente el hierro puro cuenta con un valor aproximado entre 10-200A/m, se conoce que el níquel (un 50% de níquel) posee un valor que ronda entre 3-16A/m y en el caso del hierro de neodimio, su valor ronda los (0.87-2.75) x 10 6.
De esta forma, la coercitividad magnética ofrece la posibilidad de ver con claridad y rapidez, que tan distintos pueden ser los diversos materiales de acuerdo a sus coercividades.
¿Por qué conviene medir la coercitividad magnética?
Resulta apropiado medir la fuerza del campo coercitivo debido a que dicha medición puede ser de gran ayuda, sobre todo, dentro de las pruebas no destructivas tanto de materiales como de materiales ferromagnéticos, por ejemplo, el acero, el hierro y materiales para la construcción.
En este caso, resulta esencial poder conocer y comprobar cuáles son las propiedades microestructurales de cada material, al igual que cualquier posible tratamiento térmico e incluso, también las posibles deformaciones plásticas previas, y es que la dureza mecánica corresponde en este sentido, a la fuerza coercitiva, lo que significa que se encuentra asociada a la dureza magnética.
Coercividades magnéticas
También es necesario señalar que los valores determinados de la intensidad del campo coercitivo magnético que poseen los materiales ferromagnéticos suelen variar considerablemente en ciertas ocasiones, con alguna composición parecida e incluso con la misma.
Se podría decir entonces que la intensidad de campo no se encuentra determinada únicamente por la composición, sino que además depende de otros aspectos como, por ejemplo, tanto la estructura cristalina como su tamaño, al igual que las fases mixtas generadas durante la aleación o incluso el estado de tensión residual.
Dicho estado residual permite conocer si algún material fue endurecido, recocido o trabajado en frío.